Boga mar adentro

Noche cruel, noche cruda, noche dolorosa, noche agotadora…

Lucho, batallo, me esfuerzo, traspaso mis limites, trabajo duro, una y otra vez me levanto. Sé que no es hora de rendirse. No es momento de parar. No puedo darme por vencido. No puedo conformarme. Necesito tanto de esos peces.

Respiro profundo, arremango mis mangas, lanzo mi red. Sé que en este nuevo intento pescaré lo que necesito. No puedo rendirme, de estos peces depende mi vida, depende mi familia, depende mi comunidad. ¡Si! esta vez conseguiré los peces.

La noche avanza, mi corazón se llena de esperanzas y frustraciones en pocos minutos. Tantas veces he lanzado mi red, pero mi barca continúa vacía. ¡No puedo parar!

¡Necesito de esos peces!Mis brazos se han cansado, mis manos tiemblan, mis ojos se están cerrando, mis vestimentas están mojadas y rotas. Mis fuerzas se han acabado y mi garganta no aguanta ni un grito más. Un torbellino de pensamientos se apoderó de mi cabeza. Me detengo, miro mi barca y me duele al ver que vacía está.

¿Acaso no he trabajado suficiente? ¿No he dado lo mejor de mi? ¿Será que he luchado en vano? ¿Será que no di la pelea como corresponde?Un doloroso, absurdo, frustrante, aterrador amanecer está llegando. La noche llegó a su fin. Los crueles rayos del sol muestran mi derrota, mi ineptitud. No hay peces en mi barca.

Me siento, lloro, grito, me desespero. ¿Qué hice mal? ¿Estoy pagando por algún error de mi juventud? ¿Por qué después de tanto luchar mis redes aún están vacías? Necesito peces y nada tengo.

Me pierdo en mis pensamientos, mi mirada se pierde, mi respirar grita en medio del mar, mi corazón late con violencia…me callo…me pierdo…me…

"Boga mar adentro” … una voz irrumpe mi silencio… "Boga mar adentro, y echa tu red para pescar” - ¿Señor eres tú? qué dulce es tu voz. Pero, pero, pero…tú sabes que lo he intentado todo, y mi barca está vacía

-"Boga mar adentro, y echa tu red para pescar” - qué dulce y cálida es tu voz - ah Señor (suspiro) está bien, en tu palabra echaré mi red…

"Apártate de mi Señor, soy pecador, no merezco tu compañía.

¡No! ¡No! por favor no te apartes. No consigo vivir sin el dulce sonido de tu voz. Mi barca, mis peces, mi lucha…todo es tuyo… y yo, todo lo dejo para seguirte a ti.